Estas sentado en un banca esperando que llegue, después de
tanto tiempo por fin se verán de nuevo, la vez que camina hacia ti, pareciera
que no hay más gente a tu alrededor y de
hecho no la hay, volteas rápidamente cuando escuchas tu nombre, al volver la
mirada a tu amada ya no la encuentras y de nuevo una voz gritando tu nombre…
despiertas. Los gritos que te rodean y no te permiten asimilar la situación,
vez gente corriendo, llorando, empujándose, personas siendo aplastadas, miras a
todos lados buscando sin saber que buscar, un nuevo grito te hace volver a ti. Te
incorporas rápidamente al ver a tus amigos, sientes un dolor en tu cien y al tocar con la palma
derecha un dolor agudo te hace alejar la mano de ahí, solo vez un rojo intenso
en tu mano. Escuchas a tus amigos llamándote, te gritan que corras que “ellos” están
detrás de ti.
Piensas en voltear la mirada pero un doloroso alarido
acompañado por un vaho que abraza tu nuca te hacen salir disparado en dirección
a tus amigos, ellos siguen corriendo, a tu lado va gente que no conoces, notas
las caras de horror y te preguntas si la tuya es igual. A duras penas pudiste
ver con el rabillo del ojo un par de brazos a tu derecha, escuchas un grito
ahogado y el crujir de huesos rompiéndose, comienzas a sentir dolor en las
rodillas, te sientes agitado y te falta el aire, ya has corrido mucho pero
ellos siguen detrás de ti, el sudor que corre por tu frente entra a tus ojos, de
nuevo escuchas un grito ahogándose, algo tira de tu playera y sientes que estas
arrastrando algo, parpadeas demasiado por causa del sudor en tus ojos, ese peso
extra no te deja correr más de prisa, escuchas los rugidos y demasiadas pisadas
a tu alrededor, una mano en tu hombro izquierdo casi te hace perder el
equilibrio, ya no ves a tus amigos, comienzas a sollozar y a tratar de librarte
de ese terror, la mano en tu hombro te lastima esta clavando sus uñas en ti, ya
estas demasiado cansado, sabes que “ellos ”te tienen, escuchas tela
desgarrarse, crees que te han mordido, piensas en dejar de correr y aceptar las
cosas.
Ya no sientes el peso
de lo que arrastrabas ni la mano en tu hombro. Sin dejar de correr das un
vistazo a atrás, “ellos” aun te persiguen pero están a distancia de ti ,tu
playera se rompió y pudiste librarte de ellos, el cansancio ya no te deja correr, escalas por una reja que te
queda cerca, apenas llegan tus pies al piso del otro lado de la reja y “ellos”
se estrellan uno tras otro contra ella, pasando sus sangrientas manos entre los
barrotes intentando tener un trozo de ti, miras a tu alrededor, revisas la única
puerta que hay y esta no abre la fuerzas y empujas un rato pero no pasa nada, al
pie de la puerta caes sobre tus rodillas, aun estas agitado, llevas tus manos a
tus oídos para intentar silenciar los rugidos y el sonido del metal que se
dobla, intentas tener una idea en medio del caos de pensamientos que te agobian
en ese instante, la reja cae, ya has tomado una decisión, levantas la cara, inhalas
y cierras los ojos.
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