Apenas a pasado un mes desde que comenzó todo. Sientes que
no te has acostumbrado, aun sabiendo que llevas haciendo esto por años, de
alguna manera te dices a ti mismo que este es tu lugar, pero las condiciones
parecen demostrarte lo contrario. Pero aquí sigues, tu cuerpo te pide descanso,
pero no tienes el tiempo necesario para hacerlo, no hay más remedio que sentirte
así todo el día, la semana o incluso el mes, hay tanto de tu cuerpo que aun te
sorprende no crees que te puedas
mantener activo por más de 14 horas y “dormir” 8 o menos pero lo hace,
la comida ya no tiene sabor, el sol siempre te lastima, los dolores de cabeza
son tan recurrentes que ya te has acostumbrado a ellos, siempre estás de mal
humor, las pláticas espontaneas que tienes con extraños son lo único que le da
algo de sabor a tu día. Noche tras noche te preguntas si al día siguiente te
podrás levantar de nuevo, sabes que no, lucharas por minutos contra las sabanas
calientes, las esponjosas almohadas y el cómodo colchón, uno a uno los logras
vencer y te levantas de la cama. Mientras te duchas aclaras tu mente, te
recuerdas que esto es el sacrificio que tienes que hacer para poder descansar
después. PUES QUE ASI SEA, que vengan más trabajos, más dolores de cabeza, más
desvelos, más extraños con los que no intercambias más de 10 palabras. Esta es
la nueva batalla que tienes que librar, sabes que no es solo cuestión de ganas
sino de dedicación y sacrificio.
Yo opino... que he tomado la decisión correcta y no quiero dar vuelta atras.